domingo, 11 de diciembre de 2011

Conociendo a Jesús por sus afirmaciones

¿Quién es Jesús?
“… Y Ustedes ¿quién dicen que soy yo?...”
(Marcos  8.29)

Hoy en día existen muchas opiniones, ideas o imágenes acerca de Jesús. Algunos dicen que Jesús  fue un “buen maestro”. Otros dicen de él que fue “un hombre bueno”.  O  “el hombre más grande de todos los tiempos” cuando vivió en la tierra. Los musulmanes y algunos judíos modernos dice que fue “un gran profeta” pero nunca el Hijo de Dios.  

   Se ha dicho que la mejor manera de conocer a una persona  y saber lo que piensa de sí misma  es escuchándola y prestando atención a todo lo que dice. Jesús mismo dijo que “…De la abundancia del corazón habla la boca” (Mateo 12:34). Así que una de las mejores formas de conocer a Jesús y de saber que es lo que él pensaba de sí mismo, es escuchando frases que él dijo. Y veremos que dichas frases pronunciadas por nosotros suenan blasfemas, y contra humanas o sobrehumanas. Si Jesús se veía a sí mismo solo como un hombre bueno, o  solo como un gran maestro de moral. O un profeta de Dios. O incluso como el hombre más grande de todos los tiempos ¿Por qué dijo las siguientes frases hablando de sí mismo?:

I-  Afirmaciones de Jesús… ¿Quién decía ser?

1. “Yo y  Dios somos lo mismo”. (Juan 10:30). Aquí Jesús con la palabra uno (en griego gen o jen) está diciendo que él y su Padre tienen una misma esencia, naturaleza o sustancia.

2. “Yo tengo el poder para perdonar tus pecados”. (Marcos 2:5). Jesús claramente se creía Dios porque el perdonaba pecados a voluntad. Entendiendo que la naturaleza del pecado es en primer lugar una ofensa contra Dios, podemos entender que solo Dios puede perdonar pecado (Isaías 43:25). Si yo vengo y golpeo y ofendo al panadero, no puede luego venir  el zapatero y decirme: “Tranquilo, yo te perdono lo que hiciste”. El que me tiene que perdonar es el mismo ofendido. Si Jesús perdonaba pecados, entonces esto está indicando que él mismo era el Dios ofendido por ese pecado cometido.

3. “Yo soy mayor que el templo de Jerusalén”. (Mateo 12:6). El único mayor que el templo es el Dios que lo habita y para quien fuera construido ese templo. Jesús era mayor que el templo.  Jesús era Dios.

4. “Yo soy la verdad…”. (Juan 14:6). Jesús no dijo ser un camino hacia la verdad como otros prominentes líderes religiosos han declarado frente a sus seguidores. Jesús dijo que él “era la verdad”. O sea que la verdad estaba contenida en él.  Fuera y lejos de él no existe verdad alguna que conocer.

5. “Yo veo y puedo hacer todo lo que Dios hace en el universo”. (Juan 5:19). Algunos dicen que Jesús aquí no puede ser Dios ni igual a Dios porque dice que “no puede hacer nada por su propia cuenta, sino que solo hace lo que ve hacer a su Padre”. Pero para decir eso no leen el texto completo, ni tampoco leen todo el contexto. Aquí Jesús está declarando su completa y absoluta igualdad con su Padre. (5:16-23)¿Quién  puede decir que ve todo lo que Dios hace y está haciendo en el universo? Solo una persona omnisciente y omnipresente igual que Dios, bueno, Jesús dijo que él podía ver “todo” lo que su Padre hacía y él hacerlo del mismo modo. Jesús es tan Dios como lo es su Padre o mintió descaradamente.

6. “Verme a mí es ver a Dios”. (Juan 14:9). Esta afirmación es categórica y no necesita mayor explicación.

7. “Yo no tengo pecados”. (Juan 8:46). Es obvio que si cualquiera de nosotros dijéramos lo mismo, inmediatamente nuestra conciencia nos acusaría. Y los que viven a nuestro lado también evidenciarían lo garrafal de esta mentira.

8.  “Yo soy la resurrección y la vida”. (Juan 11:25). Jesús no dijo que la resurrección y la vida eran cosas  del futuro o creencias escatológicas del pueblo de Dios. El dijo que la resurrección y la vida ya existían y que estaban contenidas en él.

9. “Después de morir me voy a resucitar a mí mismo al tercer día”. (Juan 2:19 y 21). Jesús dijo: “Destruyan este templo y en tres días lo levantaré…” (Es decir; “yo lo levantaré”).  Para cualquiera de nosotros está claro que creemos que un día Dios nos levantará de los muertos.  Pero en el caso de Jesús, está claro que él dijo que se resucitaría a sí mismo. Jesús se sabía Dios. 

10. “Yo bajé del cielo”. (Juan 8:38). Jesús sabía que había nacido de María. Pero él sabia que su origen no había comenzado como todo el resto de los seres humanos. Él como hombre había nacido, pero como Dios, no tenía comienzo. El había bajado del cielo.

11. “Yo te resucitaré en el día final”. (Juan 6:54). ¿Qué hombre tiene el poder natural para resucitar  a otro? Jesús creía que él si tenía ese poder.

12. “Yo le doy la vida a quién a mí me place dársela”. (Juan 5:21). Está relacionado con el mismo punto anterior. Solo Dios tiene el poder para dar la vida y quitarla (Deuteronomio 32:39).
13. “Yo tengo todo el poder en el cielo y en la tierra”. (Mateo 28:18). ¿No es mucho poder para una criatura que no es Dios en ningún sentido?

14. “Yo soy la luz del mundo”. (Juan 8:12).

15.  “Me tienen que amar a mí por sobre todas las cosas” (Lucas 14:26). El primer mandamiento decía: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas…” (Marcos 12:30). Ahora Jesús exigía ese mismo lugar en la vida de todo aquel que decidiera seguirlo. O era Dios, o llevó a los demás a cometer idolatría.

16. “Separados  mí, ustedes no sirven”. (Juan 15:4-5).

17. “Yo tengo el poder para darle vida eterna a todo mortal” (Juan 17:2).

18. “Yo nunca fallo”. (Juan 8: 29). ¿Quién de nosotros puede decir que “siempre hace la voluntad de Dios” o “que siempre hace lo que a Dios le agrada”?  Esta es una declaración de Jesús mismo de que él era impecable.  Y solo Dios en forma humana podía serlo. (Una declaración de Dios en el antiguo testamento es que él era el santo de Israel… ¿Quién es el único  verdaderamente santo que jamás  ha pecado y que vivió en Israel? (Isaías 41:14).

19. “El que se niega a adorarme no adora a Dios”. (Juan 5:23). Jesús dijo: “Para que todos honren al Hijo como lo honran a él (al Padre, a Dios). El que se niega a honrar al Hijo (esto es, honrarlo igual como se honra al Padre) no honra al Padre que lo envió.  Podemos ver que Jesús exigía que la honra que se le diera a él fuera la misma honra que se le daba al Padre ¿Y como se llama la honra que se le da al Padre? ¡Adoración! (Juan 4:23).

20. “El propósito de La Biblia es hablar de mí”. (Juan 5:39 y 46). El corazón y propósito de la Biblia es hablar de Cristo y de guiarnos a tener una relación personal con él ¡demasiada honra para una simple criatura que es igual a todos nosotros en todos los aspectos!


II- Existen tres alternativas frente a sus afirmaciones: Jesús estaba loco, era un mentiroso, o era y es verdaderamente Dios.

Vamos a ver que existen tres opciones principales que nos quedan que ver sobre Jesús basándonos sobre sus propias afirmaciones. 

a. ¿Jesús estaba loco?: podríamos decir que Jesús era un simple mortal igual que todos nosotros que  comenzó a creerse Dios. Comenzó a desconectarse de la realidad y a sufrir alteraciones mentales. Si uno de nosotros comenzara a hacer afirmaciones como las que hizo Jesús de sí mismo ¿no se diría que estamos alucinando y que tenemos problemas mentales?

   Podríamos considerar una  de las peores aberraciones que Jesús habló de sí mismo que claramente afirmadas por nosotros serían señal de un delirio extremo:

   Se encuentra en Juan 2.18-22.  Donde Jesús dice que  al tercer día después de que el templo de su cuerpo fuera destruido, él mismo se resucitaría. Los locos pueden decir lo que quieran. Lo difícil es comprobar que locuras como estas  se hagan realidad. El apóstol Pedro recordaba la resurrección de Jesús y el hecho de que después de resucitado había comido con él (Hechos 10: 39-40). 

   Otra razón muy poderosa que desmiente la opción de que Jesús estuviera loco es el Hecho de que sus propios enemigos decidieron  condenarlo.  El argumento es simple: Ningún tribunal juzgaría a una persona loca porque las personas que no están sanas mentalmente y en su sano juicio no tienen plena conciencia de las locuras que hacen o dicen. Simplemente hubiesen observado a Jesús fuera de Sí y lo hubieran declarado loco y como tal no digno de juicio y muerte. Este no fue el caso. Sí fue condenado a muerte.


b. ¿Jesús era un mentiroso y un engañador?: Otra opción es que si no estaba loco y fuera de sus cabales, entonces, adrede mintió haciendo creer a otros que él era Dios cuando en verdad sabía que  no lo era. Peor aún, habría sido un hipócrita al enseñar a otros que no mintieran, cuando él mismo se sabía un mentiroso. Esto ya descarta la posibilidad de que él sea un buen Hombre. O un buen maestro de moral. O un profeta de Dios. O el hombre más grande de todos los tiempos. Además, si él hizo que otros lo adoraran y se dejó adorar por otras personas a sabiendas que él no era Dios, entonces cometió idolatría y llevó a otros acometer idolatría haciéndolos  pecar contra Dios (Juan 9:35-39; Éxodo  20:3-5). Jesús sería más un demonio del Diablo  que un santo de Dios.

   Pero como bien dice una frase moderna: “Es más fácil  descubrir a un mentiroso por mentiroso que a un ladrón”. Pensemos en  lo que Jesús dijo sobre su propia resurrección al tercer día después de morir (y eso lo repitió varias veces Marcos 8.31; 10:33-34 etc.). Si era un mentiroso y eso no se hizo realidad ¿De donde viene  el testimonio de los discípulos sobre haberlo visto resucitado? Ahora, si ellos también fueron mentirosos ¿Porqué soportaron el vivir vidas miserables  y aún el sufrir el martirio por enseñar algo que ellos sabían que era una mentira? ¿Quién está dispuesto a sufrir y morir por algo que sabe que no es verdad?

Otra opción: enseñar sobre lo que Jesús declaró en Juan 8:46. Jesús decía ser impecable; es decir, dijo no tener pecado. Digamos nosotros lo mismo y se harán evidentes nuestros pecados.  En cambio todos los que vivieron con Jesús o lo conocieron estuvieron de acuerdo con su testimonio: 1. Pedro: 1ª de Pedro 2:21-25. 2. Juan: 1ª de Juan 3:4-5. 3. Pilatos lo encontró inocente. Juan 18:38; Lucas 23:4. 4. Herodes igual: Lucas 23:6-16. 5. Incluso Judas, el que lo traicionó, estaba consiente de la completa inocencia de Jesús: Mateo 27:1-7.

c. Jesús tiene que haber sido Dios verdaderamente: La alternativa final  y es la única opción que nos queda es la que dice que Jesús realmente tenía que ser quién él mismo decía ser. Él era Dios manifestado en un cuerpo humano pero plenamente Dios en naturaleza.  Porque él era verdaderamente Dios es que podía decir todo lo que dijo de sí mismo, con completa coherencia y verdad. Porque era Dios, entonces no cometió arrogancia ni idolatría cuando dejó que otros lo adoraran. Y es más, porque él era verdadero Dios  es que pudo cargar con los pecados de cada ser humano en la cruz y porque era verdadero  hombre, él podía morir pagando el precio por todos nuestros pecados y sufriendo el castigo en su cuerpo por todos ellos.

Conclusión: Decir que Jesús solo fue un hombre bueno, un buen maestro de moral, solo un profeta de Dios o el hombre más grande de todos los tiempos, no es suficiente. Quedarse con solo estas visiones parciales de Jesús, es no reconocer  al Jesús verdadero y bíblico. ¡O Jesús era el verdadero Dios manifestado en un cuerpo humano, o Jamás pudo ser un buen hombre o un maestro de buena moral y profeta santo!

  “Entonces Tomás respondió y le dijo: 
¡Señor mío y Dios mío!”  
(Lucas 20:28).

No hay comentarios:

Publicar un comentario