domingo, 8 de enero de 2012

Taller: Vale la pena ser fiel


¡VALE LA PENA SER FIEL!
(Salmo 58:11).
                                   
                                                                                                        (Todas las escrituras están tomadas  de la  versión Dios Habla Hoy a menos que se indique  lo contrario)

Todos nosotros nos iniciamos en la aventura de ser discípulos de Cristo esperando algo de Dios y aún seguimos esperando cosas  de él y es natural porque él es nuestro Dios y nuestra fuente de provisión en todos los aspectos. Pero ¿Qué es lo que Dios espera de mí? ¿Me pregunto eso alguna vez? En la conocida escritura de Miqueas 6:8 Dios lo dice claramente: ¡Dios espera que yo le sea fiel! Hay cosas que Dios nunca va a pedir de mí porque él sabe que no están en mí y me conoce mejor que yo mismo.  Pero yo si puedo ser fiel: “El Señor te ha dicho, oh hombre, en qué consiste lo bueno y qué es lo que él espera de ti: que hagas justicia, que seas fiel y leal y que obedezcas humildemente a tu Dios.” (También  leer  Juan 8: 31 y Apoc. 2:10).

Ser fiel pero no perfecto
   ¿Qué es ser fiel? Para entenderlo mejor podríamos empezar con otra pregunta ¿Ser fiel a Dios significa llegar a  ser perfectos?  Está claro que ser fiel a Dios no significa ser prefectos: “Sin embargo, no hay nadie en la tierra tan perfecto que haga siempre el bien y nunca peque.” (Eclesiastés 7:20) Dios nos pide fidelidad pero no nos pide perfección… Todos nosotros cometemos pecados y por lo tanto somos todos imperfectos. Pero no todos los miembros de la familia humana buscamos ser fieles a Dios ¡Ser fiel a Dios no significa ser perfectos y no pecar! ¡Ser perfecto no está en mí, ser fiel sí! 

Una tendencia religiosa llamada perfeccionismo
Algunos han llamado “Perfeccionismo” al concepto religioso que cree   que es posible alcanzar en esta tierra y en esta vida presente, la erradicación total del pecado. Y a través de la historia del cristianismo han existido cada cierto tiempo movimientos religiosos que mantienen tal pretensión.
    Yo creo que el perfeccionismo como tendencia religiosa no es algo nuevo. Sino que es parte del engaño que produce  nuestra naturaleza corrompida por el pecado. Jesús mismo atacó fuertemente la tendencia legalista que existía entre los religiosos  de su tiempo (Lucas 18:9-14) que se creían justos y confiaban en sus propios logros para salvarse delante de Dios. Después el mismo apóstol Pablo tiene que corregir el legalismo que estaba desviando a los Gálatas cuando les dice: “¿Tan torpes son? Después de haber comenzado con el Espíritu ¿pretenden ahora perfeccionarse con esfuerzos humanos?” (Gálatas 3: 3. Versión NVI. Leer también 5:1-4).  Y todo perfeccionismo religioso es un tipo de legalismo.

      1. Somos todos pecadores: Pero  cualquier tipo de perfeccionismo religioso  lógicamente  se contradice con la doctrina fundamental de la fe Cristiana que enseña que todos somos pecadores (Rom.3:23). No solo que lo fuimos en su tiempo, sino que seguimos pecando en la actualidad. Wayne Grudem define el pecado con las siguientes palabras: “Pecado es no ajustarnos a la ley moral de Dios en hechos, actitudes o naturaleza…”[1].¿Seguro que siempre hacemos todo bien delante de Dios?     
     Además tenemos que recordar que la definición de pecado en el nuevo testamento está relacionada con el término “jamartia o hamartiaque literalmente significa: “errar el blanco”. William Barclay nos dice que “…En el griego clásico, hamartia expresa básicamente la idea de “yerro”…  empezó significando  “errar el blanco”, como, por ejemplo,  cuando se dispara una flecha que no acierta…” [2]  ¡Y Santiago en su carta dice que todos cometemos muchos errores! (Santiago 3:2). ¿Quién de nosotros puede decir que no ha cometido errores en el pasado y aún en la actualidad por más cristiano y espiritual que sea? ¿Quién de nosotros puede decir que ya no peca y que alcanzó la perfección estando aún en esta tierra?


     2. Algunas escrituras mal usadas: Escrituras tales como Mateo  5:48, Col 1:28 y 1ª Juan 3:6 (Entre otras escrituras), parecen enseñar esto.
Pero estas escrituras no pueden ser enseñadas para incentivar un punto de vista perfeccionista por las siguientes razones:
En Mateo 5: 48.     Un comentario acerca del verso 48 de Mateo 5 dice lo siguiente: “… y para entender el significado debe tenerse en cuenta que estas palabras fueron dichas en relación con el deber de amar a los enemigos. Es en este contexto que debe ser interpretado… La palabra teleios aquí traducida “perfecto”, es usada en otras partes como perfección relativa, como la de los adultos comparados con la de los niños y conlleva la idea de madurez y plenitud. Una cosa es perfecta, en este sentido, cuando ha alcanzado madurez, cuando cumple el propósito para el cual fue diseñado…”[3]
 Jesús está hablando en el contexto de aprender a amar como Dios ama de un modo completo, a amigos y enemigos (vs. 43-48). Pero no está enseñando la posibilidad de llegar  a dejar de pecar mientras vivamos en esta tierra. Porque en unos versos mas delante de este mismo sermón (Mateo 6:12), Jesús le enseñó a sus discípulos a orar así: “… Perdónanos nuestras deudas (pecados), como  también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores (los que pecan contra nosotros y nos dañan).” (Versión NVI.).
En Col 1:28 El apóstol Pablo no puede estar hablado de llegar a ser perfectos en esta tierra y sin pecados (de llegar al estado de no cometer errores y faltas). Porque Pablo mismo declara: “No es que ya lo haya conseguido todo, o que ya sea perfecto…” (Filp.3:12). ¿Cómo podría haber estado exigiendo de otros, lo que él mismo no tenía? Después parece hacer un llamado de atención en un tono aparentemente sarcástico (según la versión NVI.) a algunos que ya se consideraban perfectos y que contrastaban con la actitud humilde y realista del apóstol Pablo (Fil. 3:13-19).

 Y 1ª Juan 3:6 no está diciendo que el cristiano ya no peca sino que un cristiano “No vive en pecado”. (Las escrituras que vienen después nos van a demostrar que el apóstol Juan jamás enseñó  una doctrina perfeccionista).


Perfectos= maduros= desarrollados en nuestra relación con Dios.

Cuando la Biblia habla de llegar a ser perfectos aquí en esta tierra. Está usando la palabra perfección en otro sentido. Se refiere a “llegar a estar plenamente desarrollados en nuestra relación con Dios, crecidos o maduros”. Esto se ve por ejemplo en el propósito de las escrituras según el apóstol Pablo: “Toda la escritura es inspirada por Dios, y útil para… a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, (es decir) enteramente preparado para toda buena obra.” (2ª Tim. 3:16-17. RV. 1960. Cursivas y frase entre paréntesis son míos).

El autor de la carta a los Hebreos escribió que cuando entramos a la presencia de Dios para adorar, también nos acercamos “a los espíritus de los justos que han llegado a la perfección.” (Hebreos 12:23).  Solo Cuándo partamos de esta tierra y nuestros espíritus lleguen a la presencia de Dios podremos decir que hemos llegado a la perfección. Pero no antes. Mientras vivamos en este mundo tendremos que luchar hasta la muerte en nuestra lucha contra el pecado: “Pues aún no han tenido que llegar hasta la muerte en su lucha contra el pecado.” (Hebreos 12:4).


Entender con claridad sobre el error del perfeccionismo me ayuda a ser  más real en   mi relación con Dios cuando peco, y mucho más humilde en mi trato con mis hermanos cuando me toca corregirlos (Gálatas 6:1-3).





Ahora respondamos la pregunta ¿Que es ser fiel a Dios?

El punto de equilibrio según el apóstol Juan:
  Juan 1: 5-7: Alguien fiel a Dios es alguien que vive en la luz Tratando su corazón. (Puedo estar equivocado. Pero parece que según el apóstol Pablo  “sacar a la luz es poner al descubierto las intenciones del corazón. 1ª Cor. 4:5).

  Juan 1: 8-10: “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no hay verdad en nosotros; pero si confesamos nuestros pecados, podemos confiar en que Dios, que es justo, nos perdonará nuestros pecados y nos limpiará de toda maldad. Si decimos que no hemos cometido pecado, hacemos que Dios parezca mentiroso y no hemos aceptado verdaderamente si palabra.”  ¿Quién de nosotros puede pretender llegar a ser perfecto, cuando el apóstol Juan dice que si decimos que no tenemos pecado estamos mintiéndonos a nosotros mismos (engañándonos)?

 Recordemos que la definición de la palabra pecado significa. “Errar, fallar, proponerse alcanzar un blanco y no llegar a él.  Todos fallamos, erramos y somos imperfectos (Hasta el más espiritual. Recordemos que el que está hablando el Apóstol Juan).

  Juan 2:1-2: “Hijitos míos, les escribo estas cosas para que no cometan pecados. Aunque si alguno comete pecados, tenemos ante el Padre un defensor, que es Jesucristo, y él es Justo. Jesucristo se ofreció en sacrificio para que nuestros pecados sean perdonados; y no solo los nuestros, sino los de todo el mundo.”

Aquí vemos el punto de equilibrio de lo que significa ser fiel: “Está entre dos extremos.  Uno el de creernos que somos tan espirituales que ya no tenemos pecados o que ya no fallamos en nada. El otro  extremo es el de llegar a creer que podemos pecar libremente y que tales pecados no nos traerán malas consecuencias en nuestra relación con Dios”. Es como si el  apóstol Juan dijera: Les escribo estas cosas para que no pequen… Pero si pecan tenemos a Jesús. Listo, él está de nuestra parte. Arrepiéntanse y levántense. Su sacrificio cubre todos nuestros pecados pasados presentes y futuros”.


 Proverbios 24:15-16: “No hagas planes malvados contra el hombre honrado, ni causes destrozos en la casa donde vive, porque aunque caiga siete veces, otras tantas se levantará; pero los malvados se hundirán en la desgracia.”  ¿Notas lo que dice? Dice que el hombre honrado si cae se vuelve a levantar. La versión Reina Valera y la Nueva Versión Internacional lo expresan mejor en el verso 16. Dicen que si el justo cae siete veces, pero vuelve a levantarse ¡El justo no es el que nunca se cae! ¡Dice que el Justo se cae, pero lo que hace la diferencia con el injusto, es que vuelve a levantarse! ¡Que genial! Ser un justo (un fiel) para Dios no tiene nada que ver con ser perfecto, sino mas bien con luchar cada día (y la semana tiene siete días), por pararnos y permanecer con Dios ¡Me encanta esta escritura porque me anima demasiado! “No es mas fiel el que nunca se cae; sino el que cuando se cae se levanta con Dios.”


Salmos 119:54-60 dice algo muy interesante hablando del mismo tema:

“Tus leyes han sido mis canciones
En la tierra donde soy un extranjero.
Señor, por las noches me acuerdo de ti,
¡Quiero poner en práctica tu enseñanza!
Esto es lo que me corresponde: obedecer tus preceptos.
Tu, señor, eres todo lo que tengo;
He prometido poner en práctica tus palabras.
De todo corazón he procurado agradarte;
Trátame bien, conforme a tu promesa.
Me puse a pensar en mi conducta,
Y volví a obedecer tus mandatos.
Me he dado prisa, no he tardado
En poner en práctica tus mandamientos.”

  Con toda claridad lo que aquí no está en cuestión es la relación que tenía el escritor bíblico con Dios. Del verso 54 al 58 se respira una profunda relación con Dios y un amor profundo hacia el Creador. Lo que no quita la realidad de los versos siguientes (59-60). Aunque el escritor amaba profundamente a Dios y él era lo más valioso en su vida, se da cuenta que estaba pecando, pero al darse cuenta de ello no se mortificó pasando por un tiempo de penitencia, auto castigándose, culpándose o alejándose de Dios. Aquí hay un principio importante para todo aquel que quiera permanecer fiel a Dios. El hombre fiel busca arrepentirse rápido sin poner excusas cuando se da cuenta que está pecando en alguna área en su vida. El hombre de Dios busca permanecer con Dios porque es lo más importante de su vida. Pero reconoce humildemente que no es perfecto y por eso no le complica arrepentirse rápidamente. “No es más fiel el que nunca peca; sino el que cuando peca se arrepiente rápido por amor a Dios.”


  1ª de Reyes 15:3 y 5. Es otra escritura que me sirve muchísimo para comprender cual es la visión que Dios tiene de mí: “Abiam cometió los mismos pecados que su padre había cometido antes que él; y su corazón no fue fiel al Señor su Dios como lo fue el de David antepasado suyo… pues David se había conducido de manera digna de aprobación por parte del Señor, ya que nunca en su vida se apartó de lo que el Señor le había mandado, excepto en el asunto de Urías el hitita.”

 ¡Dios reconoce que David había sido fiel, aunque tenía bien claro que no había sido perfecto! ¡La diferencia es clara entre perfección y fidelidad! ¿Qué estás buscando? ¿Perfección o fidelidad?


Conclusión:
Job 1:1 y 8: “En la región de  Us había un hombre llamado Job, que vivía una vida recta y sin tacha y que era un fiel servidor de Dios, cuidadoso de no hacer mal a nadie… Entonces le dijo el Señor: ¿te has fijado en mi siervo Job? No hay nadie en la tierra como él que me sirva tan fielmente y viva una vida tan recta y sin tacha, cuidando de no hacer mal a nadie.”

¡Dios valora muchísimo mi fidelidad y habla de ella!
¡Vale la pena ser fiel a Dios y alegrar su corazón!



[1] Wayne Grudem, Doctrina Bíblica (Miami, Florida: Editorial Vida. 2005), p. 210.
[2] William Barclay, Palabras Griegas del Nuevo Testamento (El Paso, EE. UU. De América: Casa Bautista de Publicaciones. 1998), p.91.
[3] J. Oswald Sanders, Perfil De Un Verdadero Discípulo (San José, Costa Rica: Desarrollo Cristiano Internacional.1994), p.67.

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